Megaincendio V Región

Uno de los desastres más grandes del país en los últimos 30 años, comparable al terremoto del 27 de Febrero de 2010, fue el que se registró durante los días 02 y 03 de febrero de 2024, y que afectó las comunas de Valparaíso, Viña del Mar, Quilpué, Villa Alemana y Limache, en nuestra región.

Con el propósito de generar información temprana que apoye la toma de decisiones a nivel regional y local, un equipo de investigadores y profesionales del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN), con apoyo de la Secretaría de Planificación (SECPLA) de la I. Municipalidad de Viña del Mar, realizaron un catastro de daños en el área afectada de la comuna de Viña del Mar, donde han ofrecido información de la zona completa afectada por el incendio.

Los principales resultados generados en esta fase de prospección, establecen que unas 9.215,9 hás fueron quemadas, las cuales incluyen sectores urbanos, agrícolas y forestales en 5 comunas de la Región (Valparaíso, Viña del Mar, Quilpué, Villa Alemana y Limache). La mayor afectación se produjo en coberturas de bosque-forestal, el cual corresponde al 53% del total quemado, mientras que el 39% corresponde a pastizal-arbustivo. En la comuna de Viña del Mar, el incendio quemó el 45% de la cobertura de pastizal-arbustivo y el 10% del suelo construido. Se estimó un total de 9.828 edificaciones afectadas en la comuna.
Los sectores que concentran la mayor afectación por pérdida total son: Los Almendros B, Villa Independencia, Villa Arauco, Alto Horizonte, El Olivar I, El Olivar II, Villa Hermosa, Villa Rogers, ubicados en la Macrozona 4 (MINVU). Se generó un catastro de daños de infraestructura a través de 136 puntos levantados en terreno en los principales sectores afectados, donde 47 corresponden a infraestructura crítica (34,6%), 38 a equipamiento vecinal o urbano (27,9%) y 51 a la categoría otros (37,5%), es decir, zonas límites de afectación o viviendas siniestradas.

Respecto a la infraestructura crítica catastrada, la mayor cantidad de afectación corresponde a industrias de diverso tipo, entre ellas, empresas Tricolor y manufactureras (29,8%), además de zonas con postes del alumbrado público (23,4%), transporte público tales como garitas de buses y línea de tren (6,4%), torres de alta tensión (4,3%), un colegio y un CESFAM (2,1% del total respectivamente). El nivel de daño de la infraestructura crítica observado en terreno, estableció un 46,8% con daño parcial (46,8%) y un 53,2% daño completo.

En relación al equipamiento vecinal/urbano catastrado, la mayor cantidad de elementos afectados corresponden a plazas y parques públicos (15,8%), almacenes (13,2%) e Iglesias (10,5%). Destaca la afectación a organizaciones comunitarias, entre ellas, Juntas de Vecinos y Centros de Madres (7,9%), así como también panaderías, botillerías, ferreterías y talleres mecánicos de automóviles (5,3%). Sobre el nivel de daño del equipamiento vecinal/urbano observado en terreno, el 42,1% presentó daño parcial y el 57,9% daño completo.


El informe completo se puede leer en CIGIDEN.CL o en https://www.cigiden.cl/informe-de-danos-evento-incendios-02-y-03-de-febrero-de-2024-vina-del-mar-region-de-valparaiso/

Las áreas críticas priorizadas en este informe, por su nivel de daño y vulnerabilidad social, son: El Salto, El Olivar, Monte Sinaí, Villa Independencia, el campamento Manuel Bustos y Vista Hermosa. En la mayoría de estos sectores la alerta SAE no se recibió o generó confusión en la evacuación, aspecto que debe analizarse en profundidad.

Se constató en terreno gran capacidad de autoorganización de la comunidad (en especial a través de juntas de vecinos), identificándose elementos de resiliencia social que podrían reforzarse con programas locales de gestión del riesgo. Por otro lado, se observó en algunas áreas de los campamentos, esfuerzos por reconstrucción autogestionada, sobre laderas de cerro con fuerte alteración de pendientes y suelos removidos. Entre los factores del medio construido que agravaron la evacuación y por lo tanto influyeron en la pérdida de vidas, fueron la irregularidad del trazado de calles, la impedancia del terreno, el colapso de la redes críticas (eléctrica y agua), el crecimiento urbano espontáneo, la materialidad de las construcciones, la falta de simulacros para incendios, el manejo de sustancias agravantes al fuego (tendido eléctrico, balones de gas) y la falta de diseño urbano resiliente (vías de evacuación, rutas expeditas para bomberos), entre otras.

El informe completo se puede leer en CIGIDEN.CL o en https://www.cigiden.cl/informe-de-danos-evento-incendios-02-y-03-de-febrero-de-2024-vina-del-mar-region-de-valparaiso/

Las necesidades más urgentes indicadas por los afectados corresponden a: utensilios de trabajo para limpieza de escombros, baños químicos, utensilios de aseo y bloqueadores solares, atención de veterinarios para mascotas, atención psicológica para niños y adultos. Se observó durante el trabajo en terreno una importante red de ayuda de voluntarios, de otras municipalidades (La Florida, El Tabo) y de organizaciones sociales que abastecieron rápidamente de agua y alimentos a los afectados ubicados en las áreas más accesibles de los cerros.

Se destaca que ninguna de las comunas afectadas tiene actualizados sus Planes Reguladores (Valparaíso, 2018; Viña del Mar 2016; Quilpué, 2014 y Villa Alemana, 2002), mientras que la determinación de área de riesgo (en especial incendios forestales) no ha sido articulada a éstos. Se requiere fortalecer la planificación territorial en estas comunas que presentan escenarios complejos debido a sus características geográficas y formas de ocupación, en especial el fuerte incremento de las formas de ocupación irregulares (tomas y campamentos) que hacen más limitado un proceso de evacuación ante incendios y también porque incluyen tipologías constructivas más vulnerables al fuego. Debido a la configuración geográfica de las comunas de Valparaíso y Viña del Mar, en contextos de fuerte variabilidad climática y cambio climático, se requerirán de urgentes estudios inter y transdisciplinarios que permitan modelar la amenaza de incendio y considerar los factores de vulnerabilidad y exposición con enfoques integrados, con el fin de generar escenarios de riesgo para la toma de decisiones. El proceso de Reconstrucción que sobreviene podría ser una oportunidad para incorporar diseño urbano resiliente así como fortalecer la cultura preventiva a través de planes de emergencia y educación a la población.

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